Antes de llegar, me habían contado que durante el otoño y el invierno holandés se hace de noche temprano. Pero una cosa es que te lo cuenten y otra muy distinta, vivirlo.
Como ocurre en muchas localidades muy al norte (o muy al sur), en Holanda los inviernos tienen pocas horas de luz, y los veranos pocas horas de oscuridad. En esta breve entrada me quiero detener en los otoños e inviernos holandeses, dejando la luz de la primavera y el verano para otra ocasión.
Lo interesante es cómo afecta esta transición entre el día y la noche a las personas. Especialmente a mí, que he vivido toda mi vida en Buenos Aires, donde en invierno hasta las seis de la tarde un poco de luz todavía hay.
La sensación de que siempre es más tarde de lo que en realidad es
Lo primero que voy a destacar de este fenómeno es el hecho de que desde que se hace de noche, siempre parece que es más tarde de lo que es. Y esto tiene bastante sentido.
Si mirás el reloj y ves que son las siete de la tarde y pensás que hace dos horas y media al menos que es de noche, podrías llegar a pensar que en realidad, deberían ser las nueve.
Esto provoca que todas las actividades que se hacen más tarde, se hagan antes. Y esto explica definitivamente por qué los holandeses cenan entre las seis y las siete de la tarde. Más que una costumbre, es una consecuencia lógica que seguramente está vinculada a una respuesta biológica.
Tardes oscuras y mañanas grises
Otra de las características de los otoños e inviernos en el norte de Europa es la constante del cielo nublado. El color gris se apodera del cielo durante días y semanas. Muy de vez en cuando, las nubes se despejan y dejan pasar algún rayo de sol. Pero esto dura poco y enseguida todo se vuelve gris nuevamente.
Este fenómeno afecta a los holandeses, quienes para contrarrestar la falta de luz solar toman de forma cotidiana Vitamina D a lo largo del año.
En temporada estival es común verlos sentados al sol, en bancos públicos, uno al lado del otro, inmóviles, como intentando absorber toda la energía posible para guardarla para el invierno.
Pero volviendo al tema del cielo gris, en los días de lluvia cuando más densas están las nubes, más oscuro es el día. Esto hace que las pocas horas de luz de día se conviertan en penumbras entre dos noches.