En este artículo te voy a contar acerca de la figura de Sinterklaas, que es la encarnación holandesa de lo que en Sudamérica conocemos como Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás.
De dónde surgió, qué diferencias hay con el que conocemos en Argentina y cómo es el ritual tradicional que se celebra en los Países Bajos y Bélgica todos los años en torno a su figura.
También te contaré sobre el tradicional desfile de Sinterklaas al que se puede asistir si te encuentras en Holanda durante esa época del año.
Contenido
- 1 Noviembre de Sinterklaas
- 2 Un clásico de los noviembres
- 3 San Nicolás, el origen de Sinterklaas
- 4 La figura de Sinterklaas
- 5 Zwarte Piet, el ayudante de Sinterklaas
- 6 La controversia por Zwarte Piet
- 7 La tradición de Sinterklaas
- 8 Sinterklaas en la Segunda Guerra Mundial
- 9 Sinterklaas en el Diario de Ana Frank
- 10 Sinterklaas en un clásico del cine
- 11 El ser imaginario que nos marca el camino de la bondad y que sí existe
- 12 Fuente y más información
Noviembre de Sinterklaas
Era noviembre y estaba paseando con mi novia por De Passage, una coqueta galería del centro de La Haya. Delante nuestro había una pareja holandesa con una niña de no más de 6 años.
De la nada y sin que los hubiera visto, aparecieron varios hombres disfrazados con atuendos del siglo XVI, con la piel pintada de negro, los labios de rojo brillante y una peluca negra enrulada. Se acercaron para saludar a la pequeña y, me pareció, que le trataron de entregar algo. La nena reaccionó con timidez y hasta con un poco de miedo. Con una gran sonrisa, el falso negro se retiró junto al resto de sus compañeros y siguieron camino en búsqueda, supongo, de más niños.
Yo no entendí nada, pero luego como es costumbre, mi novia me ilustró: «Se trata de Zwarte Piet, el ayudante de Sinterklaas».
¿Y quién es Sinterklaas? pregunté. Pero luego de una nueva explicación y tras mucha investigación entendí que Sinterklaas es San Nicolás, a quien los argentinos llamaríamos Papá Noel, y en algún otro lado, Santa Claus.
Si bien las figuras son similares, un anciano de pelo blanco y largas y frondosas barbas que entrega regalos a los niños, hay en la tradición diferencias considerables en la forma en que los holandeses (y también los belgas) celebran la llegada de este Papá Noel.
Así que en este artículo te voy a contar sobre la tradición holandesa de Sinterklaas y la voy a comparar con la llegada de Papá Noel en Argentina.
Un clásico de los noviembres
Lo primero que hay que decir es que, aunque no nos guste creerlo porque somos fans de Papá Noel, Sinterklaas o San Nicolás apareció primero. De hecho, podemos considerarlo como el proto Papá Noel, al que luego la tradición por un lado y Coca Cola, por el otro, lo fueron cambiando hasta convertirlo en lo que es ahora.
En nuestra mente asociamos a Papá Noel con diciembre y la Navidad. Sin embargo, Sinterklaas no tiene relación directa con la Navidad. Él llega a mediados de noviembre, y se queda hasta el 6 de diciembre que es cuando reparte los regalos, para luego marcharse hasta el próximo año.
Eso significa que Sinterklaas llega, hace su trabajo y se va antes de que armes el arbolito, tradicionalmente el 8 de diciembre, Día de la Virgen María.
Esta es sin dudas la diferencia principal entre Sinterklaas y Papá Noel. Pero no es la única. Para comprender las otras, es necesario conocer un poco de la historia de Nicolás de Bari, también conocido como… San Nicolás.
San Nicolás, el origen de Sinterklaas
Nicolás de Bari
La figura de Sinterklaas se basa en San Nicolás, cuyo nombre era Nicolás de Bari (nada que ver con el gran Nicola Di Bari). A este santo se lo considera el patrono de los niños. Su fiesta se celebra el 5 de diciembre no sólo en Holanda sino también en sus colonias y ex colonias (Curazao y las Antillas Neerlandesas), Bélgica, Luxemburgo y Austria.
Nicolás de Bari nació alrededor del año 270 en Patara, en la región de la Licia, en lo que actualmente conocemos como Turquía, que entonces era parte del Imperio Bizantino. Creció en el seno de una familia cristiana y adinerada, hasta que sus padres murieron y él heredó toda su fortuna.
Se sabe que por su carácter religioso, Nicolás de Bari puso su fortuna al servicio de los más necesitados. Abandonó su ciudad natal y se fue a vivir a Myra, que también se encuentra en el actual territorio de Turquía.
La leyenda cuenta que en Myra había fallecido el obispo y que no se ponían de acuerdo en cómo reemplazarlo. Así fue como decidieron que el próximo sacerdote que entrara a la iglesia donde estaban debatiendo este problema, se convirtiera en obispo. Y casualmente fue Nicolás.
Una historia poco creíble pero que hace más grande el mito de San Nicolás.
Ya como obispo de Myra, ordenó destruir el antiguo templo de Artemisa. Fue arrestado por orden del emperador Licinio (¡y le quemaron la barba!) antes del Edicto de Milán que puso fin a la persecución contra los cristianos. Luego, fue liberado por Constantino.
Nicolás de Bari falleció cerca del 350, en el Imperio Bizantino.
Los milagros de San Nicolás
Para poder ser convertido en santo, Nicolás de Bari debió realizar algún milagro. Se le atribuyen varios y todos generalmente se asocian con su ayuda a los niños.
El último de ellos, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando una madre perdió a su hijo en pleno bombardeo. Este apareció luego, sin ningún rasguño, y testificó que San Nicolás lo protegió y lo guió de nuevo a su casa.
Aunque el milagro más conocido de San Nicolás lo realizó cuando todavía no era obispo. Un hombre de la nobleza se había endeudado y estaba a punto de prostituir a sus tres inocentes hijas. Pero Nicolás les tiró tres zapatos llenos de oro por la noche para evitar esto. En otras versiones se habla de tres bolsas de oro.
Y en otras versión, se cuenta que tiró monedas de oro por la chimenea y que estas cayeron en unas medias que se estaban secando al fuego. ¿Te suena de algún lado? Sí, ese es el origen de dejarle medias a Santa Claus para que te deje su regalo allí.
Pero después de este pequeño resumen histórico sobre San Nicolás, volvamos con Sinterklaas.
La figura de Sinterklaas
La apariencia de Sinterklaas se parece mucho a la de nuestro Papá Noel. Sin embargo, se basa más en la versión original de San Nicolás. Se trata de un anciano, con una barba larga y poblada. El atuendo es el de un obispo, con capa, túnica y mitra (el sombrero). La capa es roja, con vivos dorados, y la túnica es blanca, al igual que los guantes. A veces, combina también el violeta.
Desde el punto de vista físico, a pesar de su avanzada edad, Sinterklaas parece estar en mejor forma que Papá Noel, a quien se lo suele personificar entrado en kilos.
Además, el Santa holandés lleva consigo un báculo pastoral, propio de los obispos de la iglesia.
Sinterklaas no anda en trineo ya que no viene del Polo Norte, sino de España. El motivo de esto es porque esta tradición holandesa se remonta a la época en que el Imperio Español tenía influencia sobre el territorio flamenco.
Si bien no tiene un trineo, el Papá Noel holandés sí cuenta con un caballo de color blanco con el que pasea cuando se realizan los desfiles tradicionales.
Además de su apariencia y sus elementos típicos, está también su personalidad. En ese sentido, Sinterklaas y Papá Noel son iguales. Personas bondadosas, amables y justas.
Y esto último es algo a tener en cuenta. Cuando somos chicos nos cuentan que hay que portarse bien porque si no, Papá Noel no nos traerá regalos. Con Sinterklaas, es igual, sólo que un poco más estricto. El Santa Claus holandés lleva consigo un gran libro en el que tiene registrado el nombre de cada niño y el dato de si se portó bien o no durante ese año. En función de esta información, decidirá si dejar regalos o no.
Entiendo que el libro de Sinterklaas debe ser mágico porque en los tiempos que corren requeriría una base de datos extensa para almacenar toda esa información.
Con todo esto, te habrás dado cuenta que Papá Noel y Sinterklaas son bastante parecidos. Sin embargo, como te contaba al principio, Sinterklaas no viene solo. Viene acompañado…
Zwarte Piet, el ayudante de Sinterklaas
El pobre de Sinterklaas no podría hacer todo el trabajo de entregar regalos si no fuera gracias a su ayudante, Zwarte Piet, cuyo nombre podemos traducir como «El Negro Pedro» o «Pedro, el negro».
Este asistente del Santa Claus holandés está caracterizado por tener la piel negra, los labios rojos, aros, pelo negro rizado y un atuendo del siglo XVI. Como te conté al principio del artículo, este es el personaje que vi en la galería de La Haya.
Siguiendo con la idea de que Sinterklaas llega desde España, se supone que su ayudante es un paje morisco procedente de Etiopía. Los moriscos eran musulmanes que fueron convertidos al catolicismo alrededor de 1500, algunos de forma voluntaria y otros, involuntaria.
Y hay una historia mucho más fantástica en la que se cuenta que Zwarte Piet era en realidad un demonio que castigaba a los niños que se portaban mal, al que Sinterklaas domesticó. Incluso hay algunas versiones en las que este personaje anda con una bolsa en la que mete a los niños traviesos y se los lleva a España.
Pero la versión más común de Zwarte Piet es la del fiel ayudante de Sinterklaas. Similar a la función de un duende de Santa Claus. Se encarga de repartir caramelos y golosinas a los pequeños.
Si Sinterklaas fuera una serie o cómic y tuviera un cánon, la primera aparición de Zwarte Piet tal como se lo caracteriza ahora, sería la del libro Sint Nikolaas en zijn knecht (San Nicolás y su sirviente), del escritor holandés Jan Schenkman, de 1850.
En las versiones más modernas Sinterklaas tiene más de un Zwarte Piet y cada uno de ellos se especializa en algo en particular. De este modo, se parece más a los duentes de Papá Noel o incluso a los Oompa Loompa de Willy Wonka.
La controversia por Zwarte Piet
En la era en la que vivimos, en las que todo el mundo tiene algún motivo para quejarse por algo, Zwarte Piet estuvo recientemente en el ojo de la tormenta.
Aparecieron activistas Anti Zwarte Piet en Holanda que criticaban el uso de esta figura por considerarla racista. Se realizaron protestas y tuvo mucha trascendencia en los medios. Con el tiempo, aparecieron los Pro Zwarte Piet que le hicieron un piquete a los anti que iban a sabotear la llegada de Sinterklaas a la ciudad de Dokkum, en su arribo anual a Holanda.
Finalmente, los Pro Zwarte Piet fueron llevados a juicio no por defender a la figura, sino por hacer un piquete. Sí, en Holanda se permite de todo pero no te pases de la raya.
El problema de fondo vinculado a Zwarte Piet radica en su relación casi de esclavo y claro, el hecho de que para representarlo hay que pintarse la cara de negro. (Es muy llamativo ver a los holandeses, que tienen una tez y unos ojos muy claros, pintados de negro)
En el año 2018 la justicia holandesa falló en contra de prohibir a esta popular figura ya que es considerada una tradición.
Sin embargo, como medida neutral y para no descartar la figura de Zwarte Piet del todo, apareció Roetpiet, que es básicamente lo mismo sólo que su piel no es negra. En su lugar, tiene manchas de hollín, producto de meterse en las chimeneas para dejar regalos a los niños.
Roetpiet ya está siendo adaptado en dibujos animados y cuentos infantiles. Algunos medios políticamente correctos se refieren siempre a esta nueva figura en vez de a la tradicional. Quizás en el futuro Roetpiet termine reemplazando a Zwarte Piet del todo.
La tradición de Sinterklaas
Arribo de Sinterklaas
Noviembre es el arribo de Sinterklaas a Holanda, proveniente de España. La fecha es siempre el primer sábado después del 11 de noviembre. Llega en un barco a vapor y desembarca cada año en una ciudad distinta.
Al bajar del barco, Sinterklaas se sube a su caballo blanco y, acompañado de sus Zwarte Piets desfila por las calles de la ciudad anfitriona. El santo se limita a pasearse y a saludar, mientras que los ayudantes entregan golosinas como caramelos o galletitas al público, que en su mayoría se compone de niños y niñas.
El desfile incluye algunas creativas carrozas con colores, que contrastan con el cielo gris de Holanda para esas fechas. Como es una tradición, la llegada de Sinterklaas se suele transmitir por televisión a todo el país en vivo y en directo.
La estadía de Sinterklaas
Desde que llega hasta que se va, el 6 de diciembre, Sinterklaas está en el país. A diferencia de Papá Noel que viene y se va, la versión holandesa se queda un tiempo y mientras permanece, recorre hospitales, escuelas, orfanatos y centros benéficos.
También durante este periodo los pequeños pueden recibir pequeños regalos en forma de golosinas típicas de Holanda. Para ello, dejan sus medias cerca de una chimenea o de algún centro de calefacción que tengan en sus casas. Antes de ir a dormir, los pequeños entonan la canción de Sinterklaas llamada Sinterklaas, kapoentje.
Así como en Argentina les dejamos agua y pasto a los Reyes Magos para su camellos, los pequeños holandeses le dejan agua al caballo de Sinterklaas y alguna zanahoria.
La noche de los regalos
Finalmente llega el 5 de diciembre y ese sí es el día en el que Sinterklaas deja los mejores regalos. A esa noche se la llama Sinterklaasavond que se puede traducir como «La Noche de Sinterklaas» o, para ser más precisos «La Noche de San Nicolás».
Al igual que como hacemos con Papá Noel, esa noche, los padres y adultos engañan a sus hijos haciéndoles creer que Sinterklaas les trajo los regalos. Estos aparecen de pronto en una bolsa y muchas veces acompañados de una nota firmada por el propio Sinterklaas.
En Bélgica y en el sur de Holanda, la tradición es más parecida a lo que en Argentina hacemos con los Reyes Magos. Los regalos se reciben la mañana del 6 de diciembre. Por lo que la noche anterior se le deja café a Sinterklaas, agua a su caballo y, atención, en Bélgica se le deja a Zwarte Piet… una cerveza.
El 6 de diciembre, sin ceremonia ni nada, Sinterklaas abandona Holanda y retorna a España para volver recién al otro año.
¿Y qué hay de la Navidad? ¿No hay regalos para los niños? Los regalos más importantes los trae Sinterklaas el 5 ó 6 de diciembre. Aunque en los últimos años, la influencia de los países anglosajones hicieron que se empiecen a dar regalos también en Navidad.
En general, estos regalos no son anónimos y se reservan especialmente para los preadolescentes que ya han crecido y ya saben que en realidad Sinterklaas son los padres.
Sinterklaas en la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, Holanda sufrió la invasión nazi, tras capitular luego del Rotterdam Blitz.
En el transcurso de este periodo oscuro de la historia de Holanda, la canción de Sinterklaas fue reescrita reemplazando a la del santo por la Royal Air Force (la Fuerza Aérea Británica) que en 1941 arrojó cajas con golosinas sobre la Holanda ocupada.
La nueva canción instaba a la R.A.F. no sólo a que arroje más golosinas, sino a que bombardee a los alemanes.
Sinterklaas en el Diario de Ana Frank
Hay una mención menor pero mención al fin sobre Sinterklaas en el Diario de Ana Frank. Recordemos que el refugio donde se escondió la joven judía junto a su familia y otras personas estaba en Amsterdam.
La joven narra que en un noviembre de los primeros tiempos de su encierro festejaron el día de San Nicolás junto a todos los integrantes del refugio.
Sinterklaas en un clásico del cine
Por último, hay una mención a Sinterklaas en un clásico navideño de cine de Hollywood. Se trata del film Miracle on 34th Street, de 1947. En esta película, un anciano que interpreta a Santa Claus asegura ser el verdadero, ante una incrédula niña que ha perdido la fe en esta mágica figura.
Hay una escena en la que el Sr. Kringle, el auténtico Santa Claus recibe la visita de una niña holandesa huérfana. Ella cree haberlo reconocido y sabe que es el verdadero Santa. Por eso quiere hacerle una petición. Pero nadie cree que él se pueda comunicar con la pequeña, puesto que la nena habla en neerlandés.
Es en ese momento cuando el Sr. Kringle sale hablando en ese idioma y mantiene un diálogo con la pequeña. Ella lo llama Sinterklaas, por supuesto. El pedido de la niña es ser adoptada por la mujer que la acompaña.
Finalmente, ambos cantan la canción Sinterklaas Kapoentje.
El ser imaginario que nos marca el camino de la bondad y que sí existe
Se llame Sinterklaas, San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus, tenga el aspecto que tenga, y viva donde viva todos hemos crecido y creído en él al menos durante un tiempo.
De pequeños, su arribo nos llenaba de alegría e ilusión. No sólo por los regalos, sino por el momento familiar de unión y paz con el que esperábamos su llegada.
Papá Noel nos recordaba, al menos por un rato, que había que portarse bien. Que teníamos que ser buenos.
Puede que de grandes nos hayamos dado cuenta de que en realidad no existe, pero si lo pensamos un poco no es así.
Decir que Papá Noel o Sinterklaas no existe es errado. Santa Claus fueron nuestros abuelos y abuelas, padres y madres, tíos y tías, y hasta los hermanos mayores con los que a veces nos peleábamos. Todos ellos en algún momento nos engañaron para hacernos felices.
Puede que pienses que una vez que descubriste el secreto, Papá Noel ya no existe más. Eso significa que aún no lo procesaste del todo.
Si no tenés hermanos menores, quizás te lleve unos años hasta que tengas sobrinos o hijos. Ahí te vas a dar cuenta de la verdad.
Sinterklaas existe. Sos vos.