Visita al Centro Belga del Cómic: destacados y recomendaciones

El Centro Belga del Cómic (Belgisch Stripcentrum) es una de las atracciones más interesantes para visitar estando en Bruselas. Aunque sólo lo podrás disfrutar al 100% si te gustan las historietas, los personajes como Tintin o si, como yo, creciste viendo y leyendo a Los Pitufos.

En este artículo te voy a contar qué es lo que vas a encontrar en este museo de Bélgica. Dónde está ubicado, cómo llegar, cómo es el edificio y su estructura interna. Te contaré qué encontrarás en la muestra y cuáles son los destacados. Esto último, claro está, desde mi punto de vista.

Ubicación y acceso al Centro Belga del Cómic

El Centro Belga del Cómic se encuentra a unos 500 metros de la Grand Place de Bruselas así que si estás por esa zona, podés ir caminando. El edificio abre sus puertas desde las 10 de la mañana y estas se mantienen abiertas hasta las 18 hs. El precio de la entrada es de 10 € por persona.

Lo primero que me llamó la atención al ingresar es el mismo edificio con su arquitectura art nouveau, lo que me recordó a algunos edificios históricos de Buenos Aires. En el hall central hay algunas figuras reconocibles como un pitufo y el cohete con el que TIntin va a la Luna.

El elemento que más destaca es un busto de Tintin, esculpido por el artista belga Nat Neujean, creador de distintas esculturas del personaje de Hergé.

En la planta baja se encuentra la tienda del museo, los baños y también la cafetería, a la que te recomiendo ir, puesto que es elegante y amplia.

La exhibición en el primer piso

La exhibición comienza en el primer piso. En la recepción te dan las indicaciones junto a unos libritos impresos para hacer el recorrido. Estos los vas a poder conseguir en inglés, francés o neerlandés porque no hay disponibles en español.

Allí también encontrarás un guardarropa para dejar tus pertenencias, unos lockers e interesantes figuras para sacarte fotos. Por un lado, un Gokú y, por el otro, Tintin, el Capitán Haddock, Silvestre Tornasol y Milú, con trajes espaciales.

La exposición en el primer piso puede ser interesante principalmente para aquellos que les guste dibujar. La muestra comienza con la evolución del strip cómic desde los comienzos de la humanidad, incluyendo arte egipcio, japonés y de otras civilizaciones antiguas. Luego pega un salto al siglo XIX y a las tiras cómicas de los periódicos.

En el resto del primer piso se explica el proceso de creación de un cómic, comenzando con la idea general, y siguiendo con cada una de las etapas como el boceto, entintado y demás.

También en el primer piso hay una selección de cómics que muestran los distintos géneros que se han ido abarcando a lo largo de los años, con ejemplos de historietas reales. Así es como verás muestras de páginas de cómics históricos, de aventura, comedia, fantasía, ciencia ficción, etc.

Desde ya, todas estas páginas de historietas que se encuentran son originales.

La exhibición en el segundo piso

Lo más interesante de la exposición se encuentra en el segundo piso. Allí encontrarás referencias a las obras de Hergé y Peyo, entre otros. Pero antes es imposible no maravillarse con el piso, el techo y toda la estructura del edificio.

En este museo no vas a encontrar referencias al cómic estadounidense. Nada de superhéroes. Las referencias aquí son solamente al cómic belga y de Europa, con algunas menciones especiales al cómic francés. Por poner un ejemplo, no encontré nada de Corto Maltés, pero sí de Asterix.

El sector de Los Pitufos

Desde chiquito siempre tuve una conexión con Los Pitufos. Era mi dibujito favorito siendo pequeño. Los pasaban en Canal 11 a las cuatro de la tarde todos los días. Por ese entonces también, iba de vacaciones a Santa Teresita y mis padres me compraban los cómics de Los Pitufos que venían libros grandes con recopilaciones de varios números de la edición española.

Este recuerdo hace especial mi relación con Los Pitufos, por lo que tenía muchas ganas de ver la exhibición en el museo. El sector no es muy grande pero tiene lo suficiente para disfrutarse.

Además de dibujos y la historia de Peyo, en el museo encontrarás una maqueta de la aldea de los Pitufos y un mural para sacarse algunas fotos. Hay también un pequeño hongo para meterse adentro, aunque solo caben los más pequeños.

El sector de Tintin

A los 10 años, estando en la escuela primaria, con un amigo descubrimos en la biblioteca un ejemplar de Tintin (Kuijfe, en holandés), del que nos hicimos fanáticos. Era Stock de Coque y fue mi primer contacto con el personaje. Ni sospechaba yo que el autor, Hergé, era belga, al igual que Peyo de Los Pitufos.

Sin ser fan de Tintin, puedo decir que el sector dedicado a este cómic es más que interesante. Allí aparece la historia del cómic y descripciones de los personajes incluyendo un gráfico que indica en qué aventuras aparece cada personaje.

Además, también hay referencias a la vida y obra de Hergé, por supuesto.

Si te interesa Tintin y la obra de Hergé, tenés que visitar el Museo Hergé. Lamentablemente este museo no se encuentra en Bruselas, sino en Louvain-la-Neuve, a unos 25 km. de la capital de Bélgica.

Otras exposiciones

En el primer piso hay una pequeña sala con una pantalla que está dedicada exclusivamente a Dickie Cómics y su personaje Dickie (o Boerke en holandés). Estando en el museo, me pareció que este personaje era para los chicos más chiquitos, pero investigando un poco descubrí que las historietas son un poco subidas de tono y tienen bastante humor negro.

Sin embargo, la sección de Dickie en el museo está armada para que niños y niñas jueguen con algunas actividades interactivas, o busquen a Dickie en diferentes cuadritos, al mejor estilo ¿Dónde está Wally?

Otras partes del museo incluían referencias a novelas gráficas de diferentes géneros, muchas de las cuales parecían ser grandes éxitos de los últimos años.

Cuando visité el museo había una muestra muy grande de la revista Spirou y Boule & Bill. Estos últimos, creados por el historietista Jean Roba y heredado por Laurent Verron. Un cómic de humor sobre una familia tipo, con un cocker spaniel. Parte de la exhibición incluía páginas del cómic reproducidas en libros gigantes, que invitaban a sacar fotos.

No me queda claro si la exposición de Boule & Bill es permanente, o va rotando. Había carteles acerca de una nueva exposición sobre otros personajes para unos meses en adelante.

La tienda de cómics del museo

Luego de ver tanto sobre cómics de Bélgica y Europa, dan muchas ganas de pasar por la tienda de cómics del edificio que se encuentra en la planta baja. Allí podrás encontrar una gran variedad de historietas, mucho más amplia de la que se exhibe arriba.

Hay cómics de Hergé y Peyo, pero también de Hugo Pratt, Milo Manara, Art Spiegelman, entre muchos otros.

La tienda está dividida en dos partes desiguales. La más grande tiene cómics en francés y una pequeña sección en neerlandés. La otra parte, tiene una selección de cómics en inglés, incluyendo lo que se podría señalar como lo más destacado. De allí me llevé un ejemplar de Tintin: Explorers on the Moon y Maus.

Además de cómics vas a encontrar figuras de acción, modelos a escala y también todo tipo de souvenirs.

En resumen

Visitar o no el Centro Belga del Cómic depende de cuánto te gusten los cómics. A mí me parece que es una excelente opción para pasar una tarde.

Conviene ir tipo dos de la tarde, recorrer el museo y sacar fotos. Luego, alrededor de las cuatro, bajar a la tienda, comprar algo que te parezca interesante y a continuación instalarse un ratito a hojear las nuevas adquisiciones en la cafetería del edificio, que como ya te comenté, vale la pena.