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Museo de Orsay: cómo es visitarlo. Obras destacadas y recomendaciones.

En este artículo voy a contarte cómo fue mi visita al Museo de Orsay de París. La idea es que tengas un panorama general sobre cómo llegar allí, cómo es el museo por fuera, cómo es por dentro y cómo ingresar.

También, por supuesto, voy a contarte qué vas a encontrar allí. Qué obras tiene este que es uno de los museos de arte más importantes del mundo. Haré una selección de mis preferidas, pero intentaré mencionarte también todos los destacados.

Comencemos por el principio.

¿Dónde se encuentra el Museo de Orsay?

El Museo de Orsay se encuentra en París, Francia. Se ubica en el 1 rue de la Légion d’Honneur ó en el 62, de la rue de Lille. El museo tiene varios accesos porque es enorme. Uno de los costados del edificio da al Sena y del otro lado del río, se encuentra muy cerca el otro gran museo de París, el Louvre. Además, el Orsay está a unas 25 cuadras de la Torre Eiffel y a unas 20 de Notre Dame.

Llegar al museo es muy fácil. Debajo hay una estación de tren y cerca hay más de una estación de metro. Si te encontrás cerca de la zona, por supuesto que es mucho más fácil ir a pie.

Si bien el museo es un clásico de París, su aparición es relativamente reciente. Está emplazado en el lugar donde antiguamente estaba la antigua estación de ferrocarriles de Orsay. Este lugar fue reacondicinado y en 1986 abrió como un nuevo museo, el Musee d’Orsay.

La arquitectura del edificio es del estilo de la Belle Époque y vale la pena ser contemplado desde el exterior. Seguramente se aprecia mejor desde la otra vera del río.

¿Qué hay en el Museo de Orsay?

El Museo de Orsay comprende principalmente una amplia colección de pinturas, grabados y esculturas. Se destacan las obras de pintores impresionistas como Pierre-Auguste Renoir, Édouard Manet, Edgar Degas, Claude Monet, Camille Pissarro y Paul Cézanne.

A estos se le suman las obras de grandes maestros como Gustave Courbet, Vincent Van Gogh y Paul Gauguin.

Podría resumir diciendo que este museo tiene la mejor colección de arte impresionista del mundo, incluyendo varias obras maestras.

En el Orsay no vas a encontrar otra cosa que no sea arte. Lo más alejado a las pinturas que podés ver es la colección de decoración interior y muebles de art nouveau. Pero no hay elementos históricos, ni fósiles ni nada que no tenga que ver con el arte.

Bien, aclarado esto, vamos a ver cómo es comprar los tickets y luego ingresar al museo.

Tickets e ingreso al museo

Los tickets para el Museo del Orsay se pueden comprar online y es lo más recomendable. Al momento de escribir este artículo, la entrada al museo cuesta 16 €. A esto le podés sumar la audioguía que viene en español y cuesta 5 € más.

Teniendo en cuenta la cantidad y calidad de obras que hay dentro de este museo, te puedo decir que el precio es super accesible. Te recomiendo muchísimo que compres la audioguía ya que vas a poder apreciar mucho mejor las obras más destacadas.

Al comprar los tickets vas a poder elegir un horario de entrada. Una vez que ingreses, podés quedarte todo el tiempo que quieras hasta que el museo cierra. Yo estimo que una visita promedio ronda las dos o tres horas.

En épocas de covid-19, el ingreso al museo viene con un chequeo previo del pase sanitario. El personal del museo escanea tu código QR para verificar que estás en condiciones de ingresar. Por supuesto que en Francia se valen del pase sanitario que es común en toda la Unión Europea.

¿Qué pasa si venís de un país fuera de la Unión Europea? La verdad es que no lo sé, pero sin código QR válido no van a dejarte entrar.

Tras pasar el control sanitario, ya es posible ingresar al museo y allí hay un control de seguridad similar al de los aeropuertos, donde debemos hacer pasar bolsos y mochilas por un escaner.

A continuación, ya es posible acercarse a los molinetes, donde personal del museo te escanea el código de barras de los tickets y te permite la entrada. No hace falta imprimir nada. Podés tener el código en el celular.

Lo primero que podés hacer luego de ingresar al museo es ir a recoger la audioguía, si es que la compraste. Si no lo hiciste, estoy seguro que tenés la chance de comprarla ahí en el momento.

La audioguía es muy fácil de usar. Consiste en un pequeño dispositivo de audio con un panel numérico y las obras destacadas están numeradas. Basta con ingresar el número correspondiente a la obra para comenzar a escuchar la explicación.

Respecto al ingreso, mi única queja fue que el guardarropa no estaba funcionando. Imagino que esto es por motivos de la pandemia. Por eso tuve que andar con la campera en la mano durante toda mi visita, cosa que me molestó un poco.

Estructura del Museo

El imponente hall central del Museo de Orsay

Como si el edificio no olvidara sus raíces como estación de tren, el Museo de Orsay tiene un primer nivel con un gran hall donde se destaca un inmenso reloj y una serie de importantes esculturas. A los lados de este hall, se destacan dos alas con diversas pinturas.

El segundo nivel tiene la colección de simbolismo, que lamentablemente estaba cerrada cuando visité el museo. También en este nivel se destacan varias esculturas y algunas salas de pinturas.

En el tercer y cuarto nivel no hay obras para ver. Sí en el quinto, donde están las principales obras de Renoir, Monet y Manet y, además, algunas joyas post impresionistas de Van Gogh.

Entre estos niveles y salas aparecen algunos lugares para exhibiciones temporales, tiendas de regalos, el restaurant (que estaba cerrado cuando fui) y la cafetería del museo.

Selección de obras destacadas

En cualquier web vas a encontrar una lista de las pinturas destacadas de este museo, así que para diferenciarme, voy a presentarte las que a mí me parecen más interesantes. Desde ya, varias de estas son también las más destacadas para la mayoría de la gente.

Quiero aclararte que no te voy a poder hacer comentarios sobre el aspecto técnico de la ejecución de cada obra debido a que mis conocimientos de arte son entre nulos y limitados. Tomalo como una apreciación personal.

Comencemos el recorrido.

Bal du moulin de la Galette (1876) – Pierre-Auguste Renoir

Uno de los cuadros impresionistas más famosos del mundo. Lo tuve de wallpaper de mi computadora durante años y finalmente en mi visita al Museo de Orsay lo pude ver en persona. Tiene unas dimensiones interesantes: 131 cm. × 175 cm. lo que permite apreciarlo a unos pasos de distancia.

La imagen pintada por Renoir es de un típico domingo a la tarde en el Moulin de la Galette, un barrio del bohemio Montmartre de París, allá por los 1870s. Si bien la pintura parece una instantánea, típica foto que sacaríamos en una fiesta con amigos, en realidad hay toda una composición creada por el artista.

El origen del mundo (1866) – Gustave Courbet

De este cuadro no voy a poner imagen porque los robots de Google son bastante estúpidos a la hora de diferenciar arte y pornografía.

El cuadro de Courbet pertenece al movimiento realista y muestra una vulva y un frondoso pubis de una mujer acostada a la que no se le ve el rostro.

La historia del cuadro es muy interesante. Varios de sus propietarios lo mantuvieron oculto en sus colecciones personales. Entre ellos, el psicoanalista Jacques Lacan, que fue a través de quien pasó el cuadro al Estado Francés. Desde 1995 El Origen del Mundo se exhibe en el Museo del Orsay.

Madre e hijo sobre fondo verde (1897) – Mary Cassatt

Mary Cassatt fue una pintora impresionista de origen estadounidense, que estudió y desarrolló su carrera artística en Francia donde se hizo muy amiga de Edgar Degas.

La temática de la obra de Cassatt es recurrente: el lazo de unión entre madre e hijos. Casi todos sus cuadros describen momentos de la vida cotidiana de una madre criando a sus pequeños.

Habiendo tantos artistas impresionistas hombres, ver la obra de una mujer permite apreciar otro enfoque sobre este movimiento.

Danseuses (1884/1885) – Edgar Degas

Degas era un maestro impresionista que ponía muchísima atención en las bailarinas y su entorno. En este cuadro, retrata a un grupo de ellas preparándose. Hay muchos de Degas de esta misma temática, pero este, de alguna manera, siempre me pareció el más importante.

El Balcón (1868) – Édouard Manet

Este cuadro es un clásico del impresionismo. Tiene unas dimensiones importantes (170 cm. × 124 cm.) y llaman mucho la atención los colores, ya que prácticamente es un cuadro en blanco y negro, con algunos colores que destacan, como el verde del balcón y algún otro detalle.

Las tres figuras miran cada una para un lado diferente. No parece haber conexión entre ellos.

En 1950, René Magritte, el pintor belga surrealista pintó Perspectiva II: El Balcón de Manet, donde reemplazó las figuras con ataudes.

Ojos cerrados (1890) – Odilon Redon

Como te contaba, no sé mucho de arte pero me gustaría saber más. Al ir investigando sobre este tema que me apasiona tanto, fueron surgiendo algunas obras y algunos estilos que me empezaron a gustar mucho. Entre ellos, siempre aparecía este artista poco conocido: Odilon Redon.

Odilon Redon fue un pintor simbolista que pasó de una etapa oscura (al estilo El Bosco ó Goya en sus últimos años) a una etapa más colorida y optimista.

Este cuadro del busto de una persona andrógina erigiéndose en medio del mar (o del desierto) deja mucho que pensar y sentir al observador. Hay un interesante análisis de esta obra en YouTube por parte del artista Glenn Brown.

La madre de Whistler (1871) – James Abbott McNeill Whistler

Si viste la película de Mr. Bean, de 1997, entonces este cuadro te es muy familiar. ¡Toda el film gira en torno a esta obra de Whistler!

Para Whistler no fue más que un ejercicio al que llamó Arreglo en gris y negro nro. 1. Sin embargo, la austera figura de su madre de a poco fue ganando un significado y el cuadro se convirtió simplemente en «La madre de Whistler».

Whistler era estadounidense y este cuadro se considera una de las pinturas más importantes del arte del país del norte.

Olympia (1863) – Édouard Manet

Si hay un cuadro que generó controversia fue Olympia, exhibido en el Salón de París en 1865. Este no es un desnudo más. ¿Por qué? El principal detalle que convirtió a esta obra en polémica es la mirada de la joven que yace desnuda. Su mirada no está perdida sino que se detiene en el espectador. ¿Es una seductora invitación?

Otros detalles caracterizan a la joven como una prostituta de París de la década de 1860. Las flores que le trae la sirvienta, ¿son de algún admirador? ¿una forma de pago? ¿un reconocimiento a su sensual labor?

La mirada y estos detalles adicionales convirtieron a la obra en impúdica para los cánones de aquella época.

Los bebedores de absenta (1876) – Edgar Degas

Este es uno de mis cuadros favoritos del Museo de Orsay. Transmite una sensación de aislamiento, soledad y alienamiento. Le encuentro muchos puntos de contacto con varios cuadros de Edward Hopper, que se especializaba en la alienación.

El cuadro es un retrato de dos figuras en el Café de la Nouvelle Athènes en la Place Pigalle de París. Este era un lugar que Degas frecuentaba habitualmente.

En la composición aparecen dos figuras embriagadas con absenta, que es una bebida con muy alta graduacióna alcohólica. La mujer parece completamente perdida en sus pensamientos, mientras que el hombre está desentendido de la situación, mirando hacia afuera.

Los dos protagonistas de esta obra de Manet no son anónimos. La mujer es la actriz  Ellen André y el hombre es el pintor y grabador Marcellin Desboutin.

La obra fue repudiada por mucho tiempo por considerarla un ataque a la moralidad. Hoy en día podría ser un meme (What a week, huh?).

Noche estrellada sobre el Ródano (1888) – Vincent Van Gogh

En un artículo anterior te conté sobre mi visita al Museo Van Gogh de Amsterdam. Allí te mencioné que Van Gogh nunca me llegó como artista.

Recién al ver la Noche estrellada sobre el Ródano comencé a verlo de otra manera. Esta obra post impresionista aparece en el Museo de Orsay luego de pasar por las salas impresionistas, en las que predominan los colores pasteles.

De golpe, te encontrás con esta obra, casi radiactiva, en la que los colores  brillantes sobresalen, pero los oscuros te absorben y te meten en la pintura.

No recuerdo haber visto una pintura con este despliegue de colores. Considero que es la obra más destacada de todo el museo y no es lo mismo verla en foto que en persona. Estar ahí y contemplarla es una experiencia única, más que con cualquier otra obra.

Más obras importantes

Como te contaba, aquí solamente elegí las obras que más me gustan a mí, pero hay también otras destacadas que vale la pena ver. Entre ellas, un famoso autoretrato de Van Gogh, el cuadro Le Déjeuner sur l’Herbe (Almuerzo sobre la hierba), de Manet, y varios cuadros de Claude Monet.

No seleccioné ninguno de Monet en mi lista, porque la verdad es que no me generan nada, pero tengo que aclararte que en el Museo de Orsay hay toda una sala dedicada a este artista impresionista.

Esculturas

Además de pinturas, el Museo de Orsay tiene una interesante colección de esculturas.

La primera que llama la atención es Mujer Mordida por una Serpiente, de Auguste Clésinger. Se trata de una escultura en mármol en 1847 de una mujer retorciéndose de… ¿dolor? Bueno, no daría la sensación de que estuviera doliéndole nada, sino más bien todo lo contrario. Obviamente la obra fue controvertida y el título que lleva parece un guiño.

También fue controvertido el hecho de que el artista usó un molde para hacer la obra, lo que podía indicar carencia de técnica. Sin embargo, tiempo después reprodujo la figura esculpiéndola en mayor tamaño para acallar a sus críticos.

Otra obra destacada es Los Cazadores de Cocodrilos, de Ernest Barrias. En esta escultura se representan otras etnias, en este caso africanas, en su lucha contra la fauna salvaje. Una mirada completamente distinta del habitual mundo europeo.

Tiendas de regalos y librería

No puedo dejar de mencionar las tiendas de regalos porque para mí son una parte importante de la visita. Siempre me dan ganas de llevarme algo de los museos que visito.

En el Museo de Orsay hay varias tiendas de regalos distribuidas en el edificio. Estas no ofrecen tanta variedad de artículos como hubiera esperado. Son bastante pequeñas y no tienen libros.

¿Por qué no hay libros? Bueno, porque esos están en la librería del museo. Ahí sí hay una gran variedad de ejemplares. Algunos de ellos son muy técnicos y otros no tanto. La mayoría está en francés pero algunos libros están en inglés.

De la librería del Museo de Orsay me llevé dos libros.

  • Renoir, de Peter H. Feist, Taschen. Un libro de tapa dura que resume en imágenes las obras más destacadas de Renoir en forma cronológica.
  • Odilon Redon, Poche Illustrateur, Delpire. Un libro en rústica que combina las imágenes oníricas de Redon con algunas poesías de destacados poetas como Gustave Flaubert y Charles Baudelaire. No sé francés así que me conformo con las imágenes de Redon.

Una visita obligada en París

La primera vez que fui a París visité el Louvre, te lo conté en 8 recomendaciones para visitar el Louvre de Paris. Lamentablemente en esa ocasión no me dio el tiempo para ir al Museo de Orsay. Me había quedado con las ganas de visitarlo.

Si tenés la oportunidad de ir a Paris, por supuesto que te recomiendo que vayas al Louvre, pero si te gusta el arte (todo tipo de arte), hacete un hueco de dos o tres horas para ir al Orsay. Vale la pena.

Espero que este artículo te haya gustado. Te invito a que me sigas en Instagram y en Twitter y a que te suscribas al newsletter de Crónicas Freelancer.

Gracias por tomarte el tiempo de leerme.

Hasta el próximo artículo.

Referencias y más información

Categorías: Cultura Viajes
Alejandro De Luca: Soy programador web freelancer y blogger. Desde hace más de 6 años me desempeño de forma independiente. Reúno en este espacio experiencias y pensamientos sobre el modo de vida freelancer.